Calígula, de Albert Camus

29/9/07

Como todavía sigue en cartel, entonces puedo criticar.

Si quieren una crítica endulzada, puede hacer click aquí o entro lado. Pero la verdad es que a mi no me gustó del todo.
En el Teatro Orestes Caviglia (San Martín 251), bajo la dirección de Rafael Nofal, se estrenó el 24 de agosto pasado, la obra de teatro Calígula, de Camus. Del autor, una de mis favoritas.
Así que muy emocionada fui a verla. Y luego quise morir. Calígula y Cesonia, interpretados de forma tan cliché que daban ganas de golpearlos. El uno exagerando la locura, y la otra interpretando el típico personaje de la rubia buenorra pero malvada vestida de cuero con un látigo (le faltaba el látigo), que da órdenes apañada por el malo mayor. Que se yo, para mi la maldad de Calígula lo hace super sexy, pero esto... Habría que explicarle al actor que en el momento en que se iste con la toga, tenga especial cuidado en tapar bien sus partes pudendas, porque estando en las primeras filas es bastante incómodo, y por no verlo, una se pierde de todo...

El personaje de la mujer de Mucio me dejó indiferente. Mucio también... Y los otros no los nombro porque ninguno me impresionó demasiado...

El único personaje que me convenció, fue el de Escipion (Guillermo Arana). Aunque la muy esperada escena en que habla de poésía con el tirano, fue arruinada, obviamente por Calígula.

También destrozó la escena con el Intendente, donde se habla de los impuestos. No era lo suficientemente fluida como para entender la lógica de Calígula, y éste me desconcentraba con sus gritos.

La charla con Quereas se salvó, gracias a Quereas (Jorge García), claro.

La verdad es que no sabría que decirles. Si les gusta el teatro exagerado, vayan. Si no leyeron a Camus y nos les importa crearse un preconcepto, también. Pero si lo leyeron, les gustó, y se imaginaron como podían ser los personajes, podrían desilusionarse.

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